Cuando creamos nuestro propio negocio, en muchas ocasiones nos vemos obligados a contratar o asociarnos con otra persona para realizar determinadas tareas; a veces por tratarse de acciones que uno mismo no es capaz de llevar a cabo, y otras veces porque, aunque se tengan los conocimientos y capacidades necesarias, no se cuenta con el tiempo suficiente para hacerlo todo.
Elegir a un colaborador es una tarea complicada, puesto que de una decisión acertada dependerá un resultado óptimo. Aunque nada ni nadie nos puede garantizar que la experiencia vaya a resultar positiva, si se es capaz de analizar una serie de cuestiones ante de decantarse por una u otra persona las posibilidades de conseguir un tándem perfecto se multiplican.
Seis formas de ser más creativo en tu empresa
En primer lugar, es fundamental que la persona elegida cuente con la capacidad necesaria para desarrollar las labores requeridas. Esto puede parecer obvio, pero en realidad, muchas veces sucede que nos dejamos deslumbrar por las cualidades de un curriculum brillante cuando en realidad esa persona no reúne las características concretas que estamos buscando, aunque sí posea muchas otras.
Puede resultar muy útil dejarnos aconsejar por otros profesionales del sector en quienes tengamos confianza. Aquellas personas que conocen nuestro negocio y han establecido anteriormente relaciones laborales con otros compañeros pueden ayudarnos a encontrar al colaborador que mejor se ajuste a nuestras necesidades.
No obstante, no resulta recomendable dejarse influir por los comentarios positivos o recomendaciones de una persona publicadas a través de las redes sociales o blogs personales, ya que estos son fácilmente manipulables.
Una vez tengamos acotados los candidatos que más se ajustan al perfil que buscamos, es importante llegar a un acuerdo económico. Si lo honorarios que nos piden son demasiado altos a nuestro juicio naturalmente no podremos permitirnos contratar a ese profesional por mucho que nos hayan convencido sus argumentos, aunque esto no quiere decir tampoco que necesariamente tengamos que decantarnos por la propuesta que nos permita un mayor ahorro; se trata de valorar las opciones y buscar un equilibrio.
Por último, es muy recomendable establecer una relación personal agradable con la persona con la que se quiere mantener una colaboración profesional. Pasamos demasiadas horas en el trabajo y a veces sometidos a mucho estrés y a situaciones complicadas. Sin duda, congeniar con nuestros compañeros nos hará sobrellevar de una forma mucho más amena el día a día y resolver los posibles problemas mucho antes y con mejores consecuencias.