Cada red social tiene su público y su audiencia. Twitter y Facebook son utilizados por personas entre 35 y 55 años. Los llamados millenials, entre 20 y 35 años, prefieren Youtube e Instagram. Los más jóvenes, menos de 20 años, se decantan por las más recientes como Twitch o Tik Tok. ¿Y qué pasa con Linkedin?
Linkedin es una red social, pero no se suele tener en cuenta. Y sin embargo, cuenta con más de 722.000 usuarios activos. No solo eso, sino que todos ellos se dan de alta con intención de encontrar contenido y contactos estrictamente profesionales.
En resumen, lo que tiene de especial Linkedin frente a otras redes, es que la gente está ahí bien para trabajar, buscar trabajo, buscar contactos o cualquier cosa relacionada con el mundo profesional.
¿Cómo podemos sacar tajada de esto? Aquí te daremos tres consejos que te ayudarán a sacarle partido a Linkedin y conseguir aumentar tu número de clientes.
Probablemente te hayas preguntado ya cuales son tus clientes potenciales, pero en caso de que no, hay millones de maneras de saberlo. Cualquier herramienta de analítica web o de redes sociales, puede ayudar a darte una idea general del rango etario, demográfico y social de tus clientes.
Solo por enumerar algunas preguntas que deberías hacerte:
- ¿Que edad tienen?
- ¿Donde viven?
- ¿Qué contenido prefieren?
- ¿Cómo llegaron a tu perfil?
- ¿Qué red social utilizan más?
Hay mucha de esta información que la propia herramienta de Linkedin puede proporcionarnos.
Lo ideal en estos casos es, a partir de esta información, crear lo que suele llamarse buyer persona. Se trata de una figura no real, que encarnaría tu cliente promedio. Juntando todos los datos, podrás llegar a un perfil que, en promedio, representa tu clientela estándar.
Una vez que tienes este perfil, puedes ponerte en sus zapatos para intentar entender cómo actúa y por qué lo hace. Una vez que ya domines esto, podrás adelantarte a sus pasos, y saber sus movimientos antes de que él mismo lo haga.
Una vez que conoces a tu público, puedes plantearte tu estrategia. Lo cual es ideal para personalizar tu trato y conseguir, así, fidelizar a tu clientela.
Sin embargo, esta no es la única manera de aprovechar esta información. Puedes o seguir buscando clientes dentro del mismo rango, o plantearte una estrategia nueva, cambiando ciertos aspectos que has utilizado hasta ahora, con el fin de captar nuevos clientes de distintas demografías.
Aquí es donde entra en juego tu conocimiento propio. Conoces tu producto, sabes que vendes y que puedes ofrecer. En base a eso, podrás elegir una opción u otra. Al fin y al cabo, el producto es tuyo y nadie va a saber mejor el potencial que tiene.
Vale, pero ¿Que tiene que ver Linkedin en esto? Es lógico que te preguntes esto. Una de las maravillosas herramientas que tiene Linkedin, es su buscador. Si utilizas bien los filtros, puedes hacer una búsqueda específica con todo lo que necesites: edad, país, empleo, etc.
Pero no solo las personas son clientes, también hay muchísimas empresas en Linkedin que pueden ser potenciales clientes. Aquí hay que hacer un poco de trabajo en el terreno y buscar quien ocupa el rol que nos interesa. Puede ser el encargado de compras, el responsable de marketing, el gerente o cualquier otro. Dependiendo de lo que ofrezcamos nos interesa uno u otro.
No tengas miedo de contactar y ofrecer directamente tu producto. Se ha hecho así toda la vida y, literalmente, no tenemos nada que perder.
2. Contenido de calidad
Pongamos que hemos contactado con nuestros clientes potenciales y, si bien les interesa, no era el momento adecuado. ¿Cómo hacemos para que nos recuerden la próxima vez que necesiten nuestro producto o servicio? Captando su interés a través del contenido.
Dicho así resulta fácil, pero requiere mucho trabajo y planificación. Hay que crear una estrategia que, a largo plazo, ayude a que nuestros contactos se interesen en lo que publicamos. Tenemos que crear interés y, en el mejor de los casos, incluso expectativa en ver que va ser lo siguiente que vamos a publicar.
Esto no quiere decir que publicar cualquier cosa vale. Evidentemente, tiene que ser algo que esté relacionado con nuestro producto o servicio, aunque tampoco debe resultar monotemático ni aburrido.
Si hay algo que funciona mucho últimamente en el mundo del contenido en redes y en Linkedin es el contenido audiovisual. En un video podemos expresar en pocos minutos, conceptos complejos, ayudándonos de recursos visuales, dibujos, gráficos, infografías, etc.
Un buen video, debe captar la atención del espectador desde el principio, tiene que darle ganas de seguir viéndolo. Hay que prestar atención a la longitud, muchas personas se desalientan al ver un video demasiado largo y lo abandonan antes de empezar. Hay que buscar un balance.
Otra cosa a tener en mente es la accesibilidad. Queremos que todos puedan disfrutar de nuestro video. La gran mayoría de los usuarios navega sin audio o sin posibilidad de escucharlo. Por eso cada vez es más común ver vídeos con subtítulos en redes.
Por suerte, tenemos herramientas que nos ayudan a transcribir audio a texto y nos dan una mano enorme para poder hacer que nuestros videos lleguen y sean vistos por más gente.
Los videos, textos interesantes, infografías y cualquier tipo de contenido que pueda ser relevante al usuario y que esté conectado con nuestra empresa, ayuda a crear una marca propia distinguible del resto.
La gente empezará a reconocer a nuestra marca, a asociarla al buen contenido y a un buen manejo de redes. Esto nos dará una imagen joven, actual y dinámica.
3. Interactuar
Ya encontramos clientes. Ya les estamos dando un contenido que les gusta y están empezando a reaccionar y a entretenerse. ¿Qué más podemos hacer?
La buena noticia es que el trabajo más “difícil”, ya está hecho. Sin embargo no podemos quedarnos de brazos cruzados, una vez que los hemos atraído a nuestro perfil y a nuestra empresa, debemos hacer que se queden.
Un perfil con mucho contenido, pero sin interacción da la impresión de frío y automático. Que alguien simplemente planifica las publicaciones y se olvida. No queremos dar esta imagen, por eso debemos tener un perfil activo.
Hay que contestar los comentarios de los usuarios, recomendarles otro contenido e interactuar con sus publicaciones. Que dejen de pensar que hay una empresa detrás, y que parezca que somos un usuario más : cercano, disponible y agradable.
Si vemos que hay usuarios con los que interactuamos más, que se los ve más interesados o que abiertamente preguntan por más información, podemos pasar a los mensajes directos.
Hay quienes no recomiendan el contacto vía mensaje directo, pero es cuestión de elegir y analizar el momento. Si el cliente quiere más información, podemos contactarlo por mensaje y resolver todas sus dudas de manera personalizada.
De esta manera creamos un contacto cercano, personalizado y no llenamos una publicación de información que quizás no sea relevante para otros usuarios.
Los grupos son una gran herramienta ya que, además de darnos a conocer, hacen que empecemos a aparecer más en el radar de los clientes potenciales.
Lo importante es no olvidar que, al fin y al cabo, ofrecemos un servicio y queremos que los clientes nos elijan. Sin ser muy obvio, hay que enlazar o recomendar lo que tenemos para ofrecer, de forma que resulte interesante pero que no esté fuera de lugar respecto al resto del contenido.
Estas son solo algunas de todas las actividades que podemos hacer en Linkedin. Estas tres nos han parecido las más relevantes, sobre todo para empezar.
Cuando contactamos a clientes potenciales, si ven que nuestro perfil es interesante por su contenido o por nuestro servicio, es mucho más probable que empiecen a seguirnos y a interesarse.
Un intercambio de interacciones, recomendaciones sutiles (no necesariamente sobre nuestros servicios) y un trato cercano pueden hacer la diferencia.
Analizar la competencia y ver en que nos podemos diferenciar también es importante. Pero si seguimos estos pasos, notaremos rápidamente los resultados. Contaremos con una gran ventaja frente a otros que no tienen un perfil activo.
No se suele tener en cuenta Linkedin y es un error, ya que se trata de una gran herramienta para conseguir clientes. Sobre todo profesionales que no quieren tener que nadar entre fotos de animales y de familiares para buscar contenido relevante.
Aprovecha este conocimiento y destaca frente a la competencia. Date a conocer, dales a los clientes lo que quieren, interactúa con ellos y verás cómo, en poco tiempo y si lo haces bien, los clientes no tardarán en llegar.