Emprender y ahorrar no es imposible

Cuándo el emprendedor se lanza a la creación de su proyecto la energía y la disposición a implicarse en el proyecto son claves, incluso desde el punto de vista económico. ¿Se puede ahorrar o no en esta situación ?

Emprendedor y ahorro

Vamos a evitar intrigas si es que las hubiera. Sí, el emprendedor puede ahorrar, aunque se tratara de una actividad que si tuviéramos que asociarla a un deporte podríamos definirla como de riesgo. Y es que el ahorro y las necesidades de un nuevo proyecto empresarial para una pyme parecen incompatibles, y en algunos casos puede que no llegue a ser, sin embargo resulta muy interesante y acertado que aquellos que puedan plantearse determinados niveles de ahorro lo hagan. Veamos algunas claves en este sentido.

En primer lugar, y antes de entrar en ninguna clave 0 consejo, es evidente que el ahorro no debe venir vía la mutilación de los presupuestos necesarios para el desarrollo de la empresa. Este error, desafortunadamente un común en conceptos como el marketing online o simplemente la presencia digital de la empresa, es uno de los principales que se le puede achacar hoy por hoy a las pymes a la hora de sus planteamientos estratégicos, ya que subestiman un entorno en el que la profesionalidad y la inversión es básico.

Fase 1 determinar de dónde sale el ahorro

 Una manera muy básica de determinar la posibilidad de ahorro es tan simple como analizar el sobrante del resultado de las cuentas de manera periódica, por ejemplo mensualmente. Esto, que sin ser estrictamente recomendable puede llegar a valer para la economía doméstica, sin embargo no sería lo más indicado para una pyme que desea ahorrar, ya que resulta básico alcanzar el conocimiento del motivo por el que se puede ahorrar, es decir, es más importante saber por qué hemos sido capaces de producir ese dinero por encima de los gastos y al margen de los beneficios comerciales (que teóricamente no debieran computar a este efecto).

Esto lo afirmamos porque obviamente el ahorro vía beneficio es parte de una decisión personal o colectiva de la dirección de la pyme, es el resultado de el desempeño profesional de la empresa, y sin embargo de lo que se trata es de ver si se puede obtener ahorro en la gestión cotidiana del negocio y cómo emplearlo.

Generalmente el ahorro va a surgir a partir de las herramientas que utilizamos para la gestión y la producción. Además de los elementos propios y particulares del negocio, hoy en día se puede ajustar de manera muy notable el precio a través de ejemplo de los costes de las aplicaciones sustituidos por aplicaciones gratuitas. Esto es sólo un ejemplo, lo realmente importante es ser capaz de analizar a fondo los mecanismos propios de la empresa, no dejarse llevar por inercias que aporten gastos no estrictamente necesarios, y determinar de ahí cuál es la cantidad que podemos ahorrar, o, en el peor de los casos, cuál es el sobrecoste que nos está aportando.

Fase 2 qué hacer con el ahorro

El ahorro obtenido de estos reajustes, aunque puede suponer un importe interesante, no van a suponer para una pyme una cantidad de dinero lo suficientemente grande como para que podamos plantearnos grandes acciones o inversiones. Sin embargo, sí puede suponer una cantidad atractiva para no dejarla dormir, algo que no resulta recomendable por supuesto.

En este sentido acudir a los diferentes productos financieros es sin duda la opción más viable. Hoy por hoy lo cierto es que las rentabilidades garantizadas, que es donde mejor se movería este ahorro, son muy bajas por ello las imposiciones a plazo, que además no permite liquidez, tal vez no sea lo más adecuado. Probablemente sean las cuentas remuneradas con posibilidad de liquidez, de las cuales además existen una oferta relativamente interesante relacionadas con la empresa, las que se lleven el gato al agua en lo que a presentar intereses y disponibilidad se refiere.

Publicidad