¿Por qué no aceptar la entrada de inversores en una Startup?

Cuando te lanzas a un nuevo negocio todos buscamos un buen funcionamiento lo antes posible y una rentabilidad. Se da la circunstancia que en empresas Startup estas cosas suceden con más facilidad que en otros casos, pero muchas veces no es conveniente venderte al más rápido o mejor postor. En un artículo aparecido la semana pasada en www.groovehq.com, Alex Tumbull, CEO y Fundador de Groove explica porque la mayoría de estas empresas no deberían coger el dinero a las primeras de cambio.

¿Por qué no aceptar la entrada de inversores en una Startup?

En el artículo el señor Tumbull cuenta el caso de un amigo suyo que ha iniciado una empresa de Startup en un sector poco explorado en el que empieza a irles bien, por lo que ya tiene un par de agresivas propuestas para entrar en el negocio o comprárselo, directamente, y se lo está pensando. El articulista recomendó reconsiderar esta posibilidad ya que pese al caramelo que supone poder crecer más y más rápido, poder contratar más gente no es favorable a que un inversor entre desde el principio, a coger el dinero porque está ahí. Y es que si dejas que los fondos de inversión controlen tu negocio desde el principio es muy difícil quitarte esa costumbre a medida que vayas creciendo. Tienes dinero, pero no controlas tu negocio como a ti te gustaría y entras en un círculo vicioso como este: Te abres a nuevos inversores, aumentas los gastos porque crees que los soportarás con la nueva inversión, pero luego los ingresos no son tan grandes como habías proyectado y como eres reacio a recortar los gastos que habías aumentado te encuentras con que tienes que hacer una nueva ampliación… Lo que acaba casi siempre en la pérdida de control de tu empresa.

Otro de los puntos que resalta el autor es que no necesitas que tu empresa sea TechCrunch, Uber o Dropbox. Está bien aspirar a llegar ahí y es cierto que para eso necesitarás inversiones millonarias, pero cuando estás empezando debes pensar en ir paso a paso. Por ello, recomienda tener una visión realista. ¿Dónde y cómo quieres estar en un año, en cinco o en diez? ¿Necesitas mucho dinero para conseguir ese ideal de vida?  Muchas veces debemos valorar el hacer lo que nos gusta, como nos gusta sin tener que dar cuentas a otros. Amar nuestra profesión y aprender cada día un poco más. Para eso no necesitas el dinero de alguien que no tendrá la pasión que tú sientes por tu empresa, no necesitas trabajar como si fueras a edificar la empresa más rentable de la historia. Debes tener los pies en el suelo.

Por todo ello, amplia tu visión, no conviertas tu estilo de vida en un negocio. Explica Tumbull que Groove, su empresa, no ha cedido al acoso de los inversionistas porque ellos quieren hacer un buen producto, conocido en todo el mundo, pero él y su equipo, a los que considera sus amigos, lo quieren hacer sin presión y a su manera. Nunca renunciando a parte de su idea de negocio, ni de vida. Ellos se ven felices trabajando en este proyecto en la próxima década, tienen esa visión y trabajan y viven para ella. Por ello propone un ejercicio. Primero debes colocar un objetivo vital o empresarial, después anima a trazar cinco formas, cinco caminos para conseguirlo. De esta manera, si te quedas enganchado en uno, tienes otras cuatro maneras, ya sabes cómo seguir hacia tu objetivo. No necesitas inversores para alcanzar la meta que te has propuesto. E insiste, finalmente, en que si tu empresa necesita liquidez o una inversión la busques en ti mismo. Oblígate a vender más, a buscar otras fuentes de financiación que no sea un inversor exterior que nunca creerá en tu proyecto, en tu forma de hacer las cosas tanto como tú.

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