El fraude y la corrupción en la empresa en España

¿Hasta qué punto está instaurada la economía sumergida en España? ¿Cuál es el impacto del fraude y la corrupción y su grado de aceptación? Siete de cada diez directivos aseguran que los sobornos y la corrupción son el modus operandi habitual dentro de nuestras fronteras.

La ética y los negocios no siempre van de la mano, pero una cosa es desarrollar prácticas empresariales más o menos honestas y otra diferente traspasar los límites legales para abrazar la corrupción al hacer negocios. Y en el caso español todo parece indicar que más empresas de la cuenta se encuentran en el lado malo de esta balanza.

Los datos de informe de EY «Fraud and corruption – the easy option for Growth?» o «Fraude y corrupción ¿El camino fácil hacia el crecimiento?» traducido al castellano dibuja un panorama nada optimista en cuanto a la depravación corporativa. En concreto, España está en los puestos de cabeza en términos de corrupción y siete de cada diez directivos encuestados denuncia que la corrupción y los chantajes son algo habitual en España, un porcentaje que prácticamente duplica la media de Europa occidental, situada en el 35%. Además, esta medida supone un aumento de cinco puntos porcentuales respecto al informe anterior, de 2013.

También es cierto que España todavía se encuentra lejos de los países más corruptos, encabezados por Croacia, donde un 92% de los empresarios consideran que los sobornos están generalizados. Le siguen Kenia con un 90% y Eslovenia con un 87%. El informe muestra que la corrupción es mayor en los países en rápido crecimiento, donde alcanza una tasa del 61% por el 51% de media.

corrupcion por paises

 

Malas prácticas también justificadas

Pero más allá del soborno y acciones ilegales, también hay quienes justifican otras prácticas que atentan contra la ética en los negocios como políticas de descuentos poco leales o el maquillaje de información financiera. En este sentido, los pagos en metálico y los regalos siguen a la orden del día como herramienta para hacer negocios y conseguir clientes.

Un 16% de los encuestados aprueba el uso de pagos en efectivo para asegurar la supervivencia de la empresa y todavía es mayor el porcentaje de quienes apuestan por los regalos personales. un 46% de los empresarios de todo el mundo justifica los regalos de ocio y personales para hacer negocios como algo habitual.

En España, esta clase de soborno también está relativamente bien vista y un 34% ve normales los regalos personales por el 31% que opta por los regalos relacionados con el ocio, más fáciles de camuflar hasta hace poco como gastos de representación. Lo que está en desuso es el dinero en efectivo. Apenas un 165 se decanta por el uso de los maletines, es decir, por el pago en metálico del soborno.

Por otra parte, un 56% de los directivos españoles asegura que hay compañías que maquillan la información financiera y un 36% aprueba los descuentos con carácter retroactivo sobre servicios o productos suministrados por un proveedor. A esto hay que añadir el 11% que también justifica la contabilización temprana de descuentos, incluso antes de formalizarlos con el proveedor y un 14% que justifica los retrasos en la facturación de proveedores.  Lo peor de todo es que un 15% de los encuestados en nuestro país comenta que estas prácticas han tenido lugar en los últimos meses en sus empresas.

Fraude alrededor del mundo

El estado de la empresa influye

Si algo deja claro el informe es que no es necesario llevar a cabo este tipo de prácticas para que la empresa vaya bien. Sin embargo, sí que existe una correlación entre el grado de corrupción y la marcha de la empresa, de forma que la que peores perspectivas tienen también son más proclives a aceptar prácticas dudosas

En términos generales, las empresas en las que los ingresos han crecido durante los dos últimos ejercicios son más proclives a considerar como buenos sus estándares éticos, confiar en que éstos se comparten en las operaciones que se llevan cabo en distintos países y a cree que la actividad regulatoria ha tenido un impacto positivo. Del mismo modo, este tipo de compañías también son más proclives a desarrollar códigos éticos de consulta y establecer sanciones a para quienes violan las políticas anti-fraude y anti corrupción.

Por el contrario, las empresas en las que las cosas no marchan tan bien son más proclives a aceptar conductas dudosas e incluso a valorar como tales las prácticas de sus propios empleados.  Del mismo modo, también creen que estas prácticas pasan más desapercibidas para la dirección de la compañía.

 

Fraude según los resultados de la empresa

Cómo combatir el fraude

Esto es quizás lo más complicado y para la gran mayoría pasa por establecer un código ético dentro de la empresa y mejorar la legislación vigente. En el caso de las multinacionales, una queja repetida es que la propia cúpula de la empresa en España es la que no saca a la luz el fraude. Tanto es así que un 39% se muestra en contra de que la cúpula en España no saque a la luz prácticas “poco éticas” dentro de sus compañías, si bien un 26% está convencido de que los estándares en esta materia han mejorado en los últimos dos años.

Además de localizar y castigar el fraude, los directivos piensan que se debería legislar para recuperar los daños que haya causado la corrupción. En esta lína, un 58% cree que una medida eficaz pasaría por localizar y congelar los activos de la empresa que se hayan logrado con medios no legales.

A día de hoy apenas un 46% de las empresas cuentan con códigos de conducta corporativos antosoborno y anticorrupción por el 59% de media en Europa occidental y todavía son menos los que tienen penalizaciones claras para quienes realizan estas prácticas. A esto hay que añadir que apenas un 70% de los encuestados dicen tener un canal de denuncia por el 90% de media europeo.

Y por si todavía sigues sin verlo claro, en este post te contamos cuánto puede suponerte el fraude fiscal.

Infografía Encuesta fraude 2015_v3

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