En los primeros nueve meses del año se han constituido un total de 115.303 empresas, según un estudio de Informa D&B, un número ligeramente inferior al del mismo periodo de 2007. Sin embargo, pocas de ellas superarán el lustro de vida. De hecho, en ese mismo lapso temporal, también se han producido 14.676 disoluciones (un alarmante 38,78% más el año anterior). Como en cualquier ecosistema, para que unos vivan otros deben morir y esto es lo que pasa también en el mundo empresaria.
Evidentemente, existen momentos y poblaciones de más riesgo. En este sentido, las empresas no difieren tanto de los seres vivos, ya que es durante los primeros años de vida cuando más vulnerables son. En este sentido, se puede que las pyme (pues casi todas las compañías, quieran o no, comenzaron siendo pyme) son los ‘cachorros’ del mundo empresarial y por lo tanto la población con mayor riesgo. Los datos así lo demuestran. Según un informe de la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid en el que también ha participado la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid, el 50% de las empresas de nueva creación cesa su actividad durante los cuatro primeros años de vida.
Se trata de un dato alarmante para el que no siempre es fácil encontrar explicación. En los últimos años el Gobierno y las autoridades europeas han establecido todo tipo de iniciativas para agilizar los trámites a la hora de crear una empresa (12 días y apenas 600 euros en el mejor de los casos). Sin embargo, después no siempre prestan la debida atención a estos recién nacidos y se encuentran con que muchos desaparecen a edades demasiado tempranas.
Falta de preparación, tanto por parte del empresario como por parte del producto o idea que se quiere vender, un plan de negocios deficientes o no ser capaz de tomar decisiones rápidas para adaptarse al mercado son sólo algunas de las causas de mortalidad. Lo cierto es que en muchas ocasiones el factor financiero termina siendo determinante. El patrimonio personal sigue siendo la principal fuente de financiación y muchas veces el plan de negocios apenas contempla el periodo de adaptación lógico que necesita cualquier compañía, por lo que en cuanto surgen dos o tres problemas seguidos se agotan los fondos y hay que colgar el cartel de cerrado o incluso vender la empresa.
Estar siempre pendiente del mercado y orientarse mucho hacia el cliente en las primeras etapas son algunos de los consejos para los emprendedores noveles, junto con perder el miedo al fracaso y aprender de cada paso y decisión que se toma.
Intenté poner una empresa, tenía prevista la contratación de una persona, solicité en la sub delegación de Gobierno de Toledo, un permiso administativo, para empezar con la empresa, pero la cantidad de requisitos que me pedían eran increibles, estudios de viabilidad firmados por organismos con la que sub delegación de Gobierno ha firmado convenios, etc, etc, etc. Estoy a la espera de la nacionalidad española para seguir con mi proyecto