El asesoramiento notarial permite constituir las llamadas sociedades exprés vía Internet en 24 horas.
Hay muchos caminos que llevan a Roma a los emprendedores. Por ello, conviene conocer las distintas vías para poner en marcha un negocio. Una de ellas es la que permite la contratación de un notario para crear la propia empresa, que posibilita, entre otras opciones, constituir las denominadas sociedades mercantiles exprés en tan sólo 24 horas y valiéndose el futuro empresario únicamente de Internet.
Así, el asesoramiento notarial ofrece a las empresas en potencia, especialmente a las pymes por sus menores recursos frente a las grandes compañías, redactar y autorizar la escritura de constitución de la sociedad, los trámites previos y posteriores necesarios para su formalización (solicitud de denominación social, obtención del código de identificación fiscal, CIF; liquidación telemática de algunos hechos imponibles del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, etc.) o la inscripción en el Registro Mercantil, entre otros aspectos. Todo ello con garantías jurídicas, de forma sencilla y on line.
Marca, comunidad de bienes, sociedad civil
Además, según recuerdan desde Notarios en Red, un grupo de profesionales que pretende acercar el sector a la sociedad, puede desarrollar una actividad empresarial a través de una marca, una comunidad de bienes o una sociedad civil.
«Esta última fórmula está sujeta a tributación mediante el Impuesto sobre Sociedades cuando tengan objeto mercantil (es decir, cuando tenga ánimo de lucro), y que no requieren la intervención de un notario, lo más eficaz y frecuente es ejercerla a través de sociedades, cuya constitución se nos encomienda a los notarios mediante rápidos mecanismos que proporcionan seguridad jurídica (es decir, preventivamente, controlamos que todo se lleva a cabo de acuerdo a la ley) y, además, velamos por la legalidad de todo el proceso frente al blanqueo de capitales y el fraude fiscal», explican los expertos citados.
La importancia de la financiación
El capital es lo único que necesita un emprendedor que aspire a poner en marcha un negocio. De hecho, en determinados casos, sólo con un euro podría llegar a ser suficiente. Dado que la mayor preocupación que inquieta al empresario en potencia es el alcance de su responsabilidad si las temidas deudas aparecen en el horizonte, la primera cuestión debe centrarse en valorar qué tipo de sociedad le conviene crear a cada emprendedor. En este sentido, y en términos básicos, existen dos caminos.
- La sociedad colectiva o comanditaria, si los creadores de la empresa no desean limitar esa responsabilidad.
- La sociedad anónima o limitada, en las que frente a terceros sólo responde el patrimonio de la sociedad y nunca el particular de los socios, o socio, para el caso de ser unipersonal.
Los estatutos sociales de la empresa
«Centrándonos en estas dos últimas, las más habituales en nuestro ordenamiento, elegir una u otra dependerá de varios factores como el número de socios, el objeto social, el capital inicial que aportar y la flexibilidad o el control que se quiera para su funcionamiento, circunstancias todas que deberán constar, entre otras, en los estatutos sociales, a cuya redacción podemos contribuir», destacan desde Notarios en Red.
Sociedades anónimas
Estos mismos expertos amplían información en este sentido: «Por ejemplo, te interesa constituir una sociedad anónima (SA) si tu capital social va a ser superior a 60.000 euros, si prevés un gran número de socios y de movilidad de capital o si vas a desarrollar un objeto social reservado por la ley para este tipo de sociedades, como sería la actividad de entidades bancarias o de compañías de seguros».
Sociedades limitadas
«Por el contrario, es aconsejable la constitución de una sociedad limitada (SL) si el número de socios es reducido, si cuentas con un capital mínimo de 3.000 euros o si prevés una empresa de índole familiar», añaden.
Cabe recordar que, a pesar de que es posible aportar una cantidad de dinero inferior, con un mínimo fijado de un euro -como ya se ha apuntado-, el resto de aportaciones deberán depositarse de forma sucesiva con un plazo fijado una vez que la sociedad esté ya constituida. No obstante, serán los socios los que responderán en nombre de la sociedad, de manera ilimitada, ante cualquier deuda generada por la misma, hasta que el capital social fijado se aporte de manera íntegra.
Empresa familiar
En relación a la empresa familiar, «los notarios colaboramos en la creación del conocido protocolo familiar, que garantiza la continuidad y sucesión ordenada de la empresa en el futuro, pues se estima que solo un 10% de las empresas familiares llega a la tercera generación», concluyen desde Notarios en Red.
Con todo, son muchas las personas que se plantean la opción de fundar una empresa. Lo cierto es que las ventajas son muchas, ya que es una buena manera de crear el propio empleo, de ser el propio jefe, de adaptar el propio horario y de dedicarse a lo que realmente se ajusta al propio gusto. En esa tarea, el notario puede ser útil, con lo que es una opción que el emprendedor puede y debe considerar.
