Cómo saber si necesitas una ERP

Una buena empresa, un negocio próspero es aquel que, entre otras cosas, tiene una buena gestión de la información. Una ERP (enterprise resource planning) o sistemas de planificación de recursos empresariales asociados a los aspectos operativos o productivos de una empresa.

Cómo saber si necesitas una ERP

Por tanto, las aplicaciones ERP son sistemas de gestión global para la empresa. Se caracterizan por estar compuestos por diferentes módulos. Estas partes son de diferente uso, por ejemplo: producción, ventas, compras, logística, contabilidad (de varios tipos), gestión de proyectos, GIS, inventarios y control de almacenes, pedidos, nóminas, etc. Lo contrario sería como considerar un simple programa de facturación como un ERP por el simple hecho de que una empresa integre únicamente esa parte. Entre los objetivos de una ERP está la optimización de los procesos empresariales, el acceso a la información, la posibilidad de compartir información entre todos los componentes de la organización y la eliminación de datos y operaciones innecesarias de reingeniería. Desde Datisa, uno de los principales desarrolladores de software de gestión empresarial para pymes en España, se indican seis pistas para saber si es el momento de aplicar una ERP.

  1. Información estancada. Si en tu empresa hay falta de comunicación y de intercambio de información interdepartamental tienes un problema. En cualquier empresa es importante que haya intercambio de información por lo que estandarizar los procesos de intercambio de información entre departamentos, áreas o equipos de trabajo será una de las primeras labores que abordará un ERP. El trabajo colaborativo permitirá, además de compartir los datos, mejorar las relaciones y, los resultados económicos.
  2. Datos sin actualizar. En cualquier empresa disponer de información consolidada y actual es imprescindible.
  3. Sistemas y aplicativos anticuados. Aunque tu empresa ya esté informatizada y se apoye en un software para el desarrollo de determinadas tareas, operativas, estratégicas, administrativas no significa que el funcionamiento de esos aplicativos esté optimizado.
  4. Demasiados programas informáticos. La descentralización o mejor dicho, la masificación de sistemas, provoca el caos entre los usuarios. El ERP servirá de catalizador de procesos y permitirá centralizarlos en un único programa, amén de que reducirás gastos.
  5. Falta de flexibilidad. La gestión del crecimiento debe hacerse bien. Un buen programa permitirá crecer en función de las necesidades que plantee progresivamente la organización, sumando módulos, incorporando funcionalidades, pero siempre manteniendo el corazón de la herramienta y evitando nuevos procesos de implantación, formación y reconocimiento.
  6. Lentitud y confusión en las respuestas. Cuando los clientes o posibles clientes acuden a nosotros para solventar alguna duda, las respuestas han de ser claras, concisas, sencillas y rápidas. Si esto no siempre es así, entonces, quizá habrá que mirar si la información está centralizada, o si el acceso a la misma es sencillo. No es sólo tener la información, sino poder ofrecerla lo más veraz y rápidamente posible.

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